Busco en la memoria de mi piel
la caricia de tu melena
y veo lo que no pude ver
cómo mueves tu cabeza
para arar en mi espalda surcos de placer
líneas invisibles donde me siembras de vida
Instrucciones de lectura (que no seguí): cogerte de las manos, mirarte a los ojos con una sonrisa y dejar que las palabras fluyan y devoren el aire entre nosotros, hasta prender un incendio.